jueves, 26 de agosto de 2010

Dos encierros con vistas espectaculares y éxitos en las novilladas de La Calahorra

Los toros son una de las pasiones esenciales de los calahorreños durante sus fiestas. El pueblo ofrece una estampa inigualable para vivir los encierros taurinos, las calles del pueblo, el castillo, la plaza, ofrecen imágenes únicas para el fotógrafo. La de La Calahorra es una plaza de palos que ha evolucionado desde la antigua plaza de carros. Uno de los asiduos de este graderío es el granadino Eugenio Almohaya, otro granadino por la vía conyugal. Desde hace cerca de 15 años, Eugenio no se ha perdido ningún encierro de la localidad e, incluso, los ha corrido.

Los toros se viven en familia «es una pasión que se ha transmitido de generación en generación», apunta Eugenio. En las corridas se pueden ver los grupos familiares con sus meriendas. Si hay algo que caracteriza al público calahorreño es su fidelidad al mundo del toreo. Eugenio destaca como la gente joven del pueblo se ha organizado en peñas vestidas con camisetas serigrafiadas y mantienen viva la afición.

Los toros llegan a La Calahorra en cada encierro desde el campo. Los caminos comunican a esta localidad con la sierra, con el resto de los pueblos del Marquesado del Zenete, las Alpujarras, el corazón de la provincia de Granada y la costa almeriense. Este hecho la convierte en un lugar con vida constante durante todo el año y para todas las temporadas, subraya Gregorio Moreno, antiguo alcalde de la localidad.



Encierros tradicionales

El primer encierro se caracterizó por la demora en su comienzo ya que la manada de novillos se dieron la vuelta campo a través a la entrada del pueblo. Tardaron más de tres horas en volver ya que se encontraron con la otra manada que venía por el campo para el encierro del día siguiente. Una vez reconducidos, el encierro transcurrió muy rápido y sin incidentes con los pastores de las dos ganaderías detrás y a caballo. La nota más negativa fue que muchos asistentes se tuvieron que marchar.


El segundo encierro también transcurrió sin incidentes pero mucho más masificado de mozos y de público.

Novilladas sin picadores

En la típica plaza de la localidad granadina de esta localidad granadina, se celebró el pásado sábado día 14 de agosto el anunciado festival taurino entre López Díaz y Carlos Durán. Esta plaza de troncos y metálica esta montada en la plaza del Ayuntamiento y junto a la iglesia, teniendo de fondo el bonito castillo medieval. Pero lo más curioso es que en el centro del ruedo está ubicada una fuente.

Comenzó la tarde López Díaz indeciso en su labor que fue premiada con aplausos en el segundo que la tocó en suerte. Realizó una faena más centrada y a pesar de pinchar varias veces y demasiados descabellos, le otorgaron dos orejas.

Carlos Durán, que le tocó el peor lote, hizo dos buenas faenas pero falló con los aceros igual que su compañero de terna. Oreja y oreja.

Ficha del festejo

Plaza llena y un público muy bullidor y con ganas de toros. Los toros de Francisco Porcel fueron broncos y acusando el encierro de la mañana.

López Díaz aplausos y dos orejas; y Carlos Durán, oreja y oreja.

Destacar la buena organización del festejo.

Un día después, también triunfaron los novilleros José Luis Torres y Fernando del Toro, tras cortar dos orejas el primero y cuatro el segundo con novillos de Enrique Ponce pastoreados por Pascual Porcel, que dieron buen juego en conjunto. Destacó el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo. José Luis Torres, oreja y oreja, y Fernando del Toro, dos orejas y dos orejas con petición de rabo. Muy bien toda la tarde el sobresaliente Marco Antonio Gómez.

Primer Encierro



Segundo Encierro

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