lunes, 22 de febrero de 2010

Conoce la Ganadería Miguel Prados, antigua 'La Prusiana'

El abogado y aficionado granadino Miguel Prados, hizo realidad su sueño tras comprar en diciembre del año 2008 el hierro y la ganadería a Manuel Ángel Millares, 'La Prusiana', para dedicarse a la cría del ganado bravo. La finca se encuentra el término municipal de Íllora en Granada y tiene una extensión de 38 hectáreas. El 2 de mayo del pasado año debutó en la localidad granadina de Píñar.

Miguel Prados Osuna es un abogado atarfeño, gran aficionado, propietario de una yeguada, y miembro de la tertulia taurina 'Los Tres Juanes'.

Para dedicarse a la cría de ganado bravo Miguel adquirió una finca en el término municipal granadino de Íllora que cuenta con treinta y ocho hectáreas, que se preparó para adecuarse a las necesidades y en la que tiene previsto inaugurar una plaza de tientas en breve.

Esta nueva ganadería está formada por el encaste Jandilla, siendo su base principal el semental 'Vicarito', un toro nacido en el año 2000, de pelo negro, y que es el padre de tres toros indultados del hierro de Millares, uno por Jesulín de Ubrique, otro por Víctor Puerto y el tercero por Dávila Miura. En estos momentos la ganadería cuenta con un total de 150 reses.

El 2 de mayo debutó en la localidad granadina de Píñar con una novillada sin picadores y más tarde en la localidad murciana de Pliego, con una novillada picada. Pero el ganadero tiene pensado anunciarse en más festejos, según el mismo nos relata: “De momento tenemos 15 erales y 15 utreros, todos con el hierro de 'La Pruciana', que seguirá siendo el de Miguel Prados Osuna porque tiene antigüedad y, por tanto, nos permite poder lidiar, llegado el caso, en plazas de primera, cosa que ya ha hecho. Todo lo adquirido es de procedencia Jandilla, que es el encaste que mejor sustancia mi ideal de toro y por el que hemos apostado”.

Prados cuenta con un gran equipo formado por el veterinario Andrés García Jiménez, Alejandro Ruiz, representante de la ganadería y asesor, el hijo de éste y el novillero Alejandro Enríquez, que participa en las tareas de mayoral. Todos tienen muy claro el tipo de toro que quieren criar: “Queremos un toro serio, repetidor, que sea capaz de aportar emoción al espectáculo por todo aquello que es inherente a la bravura encastada. Un toro, en suma, que ayude al torero a triunfar y que tenga su propia personalidad”.
Miguel Prados Osuna ha llevado su amor por el toro a la máxima expresión. De la nada ha construido en tiempo récord un escenario idóneo para la crianza de un animal que no estaba en el guión de sus preferencias hace unos años, pero por el que siempre ha sentido verdadera pasión. Su finca, todavía pequeña, pero ampliable, ha sido acondicionada de forma primorosa y allí, desde el mes de diciembre de 2008, nacen y crecen vacas y novillos de puro encaste Jandilla, una sangre brava, bravísima, que sustancia el ideal de toro con el que cada día sueña este prestigioso abogado atarfeño y las personas que le rodean y apoyan en el empeño.

'Vicarito', ese semental

La única experiencia ganadera de Miguel Prados se limitaba hasta hace poco a la crianza de caballos de pura raza y a la de otros animales de granja. Demasiado para el poco tiempo libre que le dejan sus actividades profesionales, pero insuficiente para satisfacer sus inquietudes. Por eso se lanzó a la aventura, costosa y extraordinariamente compleja, de criar toros y hacerlo, además, en Granada, lo más cerca posible de Atarfe. Posteriormente se trajo de la dehesa onubense un lote de vacas y novillos con las garantías necesarias para fijar los caracteres que él persigue y conseguir, con mucha paciencia y exigentes criterios de selección, un toro, bravo y encastado, con movilidad, codicia y nobleza, que ayude a triunfar al torero y del que pueda sentirse orgulloso.

La primera gran prueba de fuego de Miguel Prados, que no podía tener mejor escenario que el de su tierra natal, Atarfe, ni mejor escaparate que el Certamen de Rejoneo de Canal Sur, fue todo un éxito. El encierro, por hechuras, bravura y presentación, fue de auténtico lujo. Toros parejos, muy en el tipo del encaste Jandilla y cuyo único problema, en opinión del flamante ganadero, fue que llevaban alrededor de un mes sin poder tumbarse debido a las nieves y las lluvias.

'Vicarito', el semental de Millares que está ayudando a consolidar su ganadería, no es un toro cualquiera y que todo lo que ya ha nacido en su finca está llamado a rendir culto a la bravura. 'Vicarito' es padre de tres toros indultados y la mayoría de las vacas hijas suyas que se han tentado en Íllora son ya parte del futuro de la nueva ganadería. Un toro con leyenda.

De 'Vicarito', que volverá pronto a su ganadería de origen, quedan vacas y novillos con los que poder trabajar para que el hierro de 'La Prusiana' alcance sus mayores glorias con el nombre de Miguel Prados Osuna. Ese es el gran reto. Además, el nuevo ganadero, que se define mucho más amante del toro que del toreo, sabe lo que quiere y cómo lograrlo, aunque tiene asumido que le costará, como a los toreros, vivir muchos miedos e inquietudes.

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